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Según la información disponible hasta el momento, es mucho más probable sufrir un evento trombótico por infectarse con el virus SARS-CoV-2 que por aplicarse alguna de las vacunas que protegen contra la enfermedad COVID-19.

El beneficio de vacunarse es muy superior al riesgo.

La infección con el nuevo coronavirus puede provocar distintos eventos trombóticos (coágulos sanguíneos) en la persona infectada.

Las personas vacunadas contra COVID-19 que presentaron como evento adverso un coágulo sanguíneo cerebral son muy pocas.

La frecuencia de aparición de los coágulos cerebrales es aproximadamente de 5 casos por millón (es decir, un 0,0005%) en vacunados mientras que es de un 39 casos por millón en enfermos de COVID-19 (es decir, un 0,004%).

Esto significa que es casi 10 veces más probable padecer este tipo de evento trombótico por COVID-19 que por la vacuna que nos protege de la enfermedad.

Hasta la fecha, no hay información de que los pacientes con enfermedades de la sangre y/o factores de riesgo preexistentes de trombosis o autoinmunidad tengan un mayor riesgo de presentar trombosis como evento adverso de la vacunación.

La Agencia Europea de Medicamentos y la CDC determinaron que el beneficio de vacunarse es muy superior al riesgo.

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