Se sabe que las vacunas son eficaces para protegernos de la enfermedad grave por COVID-19, pero aún no está probado que frenen por completo la transmisión del virus por lo que es mejor seguir tomando las medidas sanitarias necesarias.
Diversos estudios han demostrado que todas las vacunas aprobadas de emergencia poseen eficacias mayores al 50% contra las formas sintomáticas de la enfermedad y mayores al 80% contra las formas severas y la muerte, incluso en presencia de las variantes del virus que son de preocupación.
Las vacunas funcionan “entrenando” al sistema inmune en la fabricación de defensas para que puedan atacar al virus más eficientemente en caso de infectarnos. También generan otro tipo de respuesta inmune, conocida como inmunidad celular. Esto puede evitarnos contraer la enfermedad, o su forma grave, en caso de infectarnos, pero no se sabe aún si las vacunas evitarían por completo que podamos transmitir el virus a otras personas.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de la Nación, la vacuna es una herramienta de prevención dirigida a reducir las formas graves y complicaciones del COVID-19. El impacto en la circulación viral y la interrupción de la transmisión requiere de la realización de estudios que lo demuestren.
El hecho de que las vacunas impidan la transmisión del virus implica pensar sin dudas en el fin de la pandemia, por lo que se están realizando diversos estudios para evaluar esto.
Hacia fines de mayo de 2021, el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya anunció que las personas inmunizadas con las dos dosis de Sputnik V, en caso de enfermarse «no emiten un virus viable, no son una fuente de peligro para otros», aunque estos resultados aún no han sido publicados.
Un estudio llevado a cabo en Inglaterra mostró que individuos que habían recibido una dosis de las vacunas Oxford-Astrazeneca o Pfizer-BionTech y que se infectaron hasta 60 días después, transmitieron en menor medida el virus a sus convivientes que los que se infectaron sin estar vacunados. Si bien este estudio tiene algunas limitaciones, provee una fuerte evidencia de que al recibir al menos una dosis de cualquiera de las dos vacunas se reduce la transmisión del SARS-CoV-2 en el caso de contagiarse.
En otro trabajo preliminar realizado en Escocia se concluyó que los convivientes de personal de salud vacunado tenían un riesgo menor de contraer COVID-19 que aquellos que conviven con personal de salud no vacunado.
Por otro lado, se estudió el caso de una ciudad de Brasil (Serrana) en la que el 98% de las personas mayores fueron vacunadas con la vacuna de Sinovac. Los casos de COVID-19 se redujeron dramáticamente: los sintomáticos en un 80% y las muertes en un 95%. El 62% de la población de Serrana era mayor de edad, y aun así la misma tasa de reducción de casos ocurrió en infantes no vacunados. Esto implicaría que hubo menos transmisión del virus.
En Israel y EEUU, los casos en infantes se redujeron un 84% entre enero y mayo, con más del 50% de la población vacunada con al menos una dosis. En estos casos se ha especulado con haber alcanzado la “inmunidad de rebaño”.
Por otra parte, se observó que las nuevas variantes del virus disminuyen la efectividad de las vacunas contra la enfermedad sintomática. Para la variante Delta en particular, un estudio preliminar observó que la gente vacunada infectada con esta variante puede tener la misma cantidad de virus que la gente no vacunada. Es por esto que se cree que los vacunados infectados con esta variante podrían contagiar a otros.
Si bien existe evidencia que demuestra que la vacunación disminuye los contagios, aun se necesitan más estudios para corroborarlo y comenzar a pensar en el fin de las restricciones sanitarias. El riesgo de brotes de infección de SARS-CoV-2 en personas completamente vacunadas no puede eliminarse por completo mientras exista transmisión comunitaria del virus. Por esto, es fundamental que, aun habiendo recibido la vacuna, se continúe con las medidas de protección, como el uso de tapaboca o barbijo, las medidas de higiene de manos, la ventilación de los ambientes y el distanciamiento social.
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