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Algunas publicaciones sugieren que los perros entrenados pueden detectar infecciones por SARS-CoV-2 con una gran sensibilidad. Sin embargo, estos estudios son preliminares y aún se necesita profundizar en las investigaciones para corroborar la eficacia del método.

Las narices de los perros tienen aproximadamente 300 millones de receptores olfativos, en comparación con los 5 o 6 millones que presentan los humanos. Esta característica les permite detectar pequeñas concentraciones de partículas de olor que las personas no pueden. Los perros rastreadores de los aeropuertos, por ejemplo, son capaces de detectar armas de fuego, explosivos y drogas. Los científicos también han logrado entrenar perros para que sean capaces de detectar algunas patologías como cánceres y malaria; sin embargo, en la actualidad los animales no se utilizan rutinariamente para este propósito. No se conoce a ciencia cierta qué es lo que huelen específicamente los perros, pero se sospecha que ciertas enfermedades hacen que el cuerpo humano libere un patrón diferencial de compuestos orgánicos volátiles.

 

Actualmente, los caninos están siendo entrenados para detectar infecciones por COVID-19. Los investigadores sugieren que estos animales podrían ayudar a controlar la pandemia porque pueden examinar a cientos de personas por hora y, además, porque es una metodología más económica que las técnicas de diagnóstico convencionales como la PCR. Este método podría emplearse en áreas públicas como aeropuertos, eventos deportivos, fronteras u otras reuniones masivas como alternativa o adición a las pruebas de laboratorio, ayudando así a prevenir una mayor propagación del virus o nuevos brotes.

 

A lo largo de la pandemia se publicaron ciertos estudios que sugieren que los perros entrenados podrían detectar infecciones por SARS-Cov-2 con una sensibilidad importante. En las distintas investigaciones, los animales fueron entrenados para oler diferentes muestras: sudor, saliva, secreciones traqueobronquiales y orina, tanto en personas infectadas con el virus como en personas sanas. En algunos de estos estudios, sorprendentemente, los perros fueron capaces de identificar casos positivos incluso días antes de que las pruebas convencionales detectaran al virus, lo cual sugiere que los perros podrían identificar personas pre-sintomáticas y asintomáticas.

 

En un trabajo publicado en julio de 2020 se evaluó la capacidad de rastreo de COVID-19 en ocho perros entrenados. Del total de 1012 muestras presentadas a los animales, 949 fueron identificadas correctamente (157 positivas y 792 negativas), es decir, los perros tuvieron una tasa de detección promedio global del 94%. Este es un ejemplo de algunas de las investigaciones que se realizaron en el último tiempo. Si bien los resultados son prometedores, deben considerarse preliminares. Para confirmar la utilidad de la detección canina de COVID-19 aún es necesario realizar estudios con mayor número de muestras, evaluar la sensibilidad del método en las distintas fases de la infección, entre otros.

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