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No es cierto que todas las personas que padecen COVID-19 (sintomática o asintomáticamente) presenten secuelas de la enfermedad a largo plazo. Esto sucede en un grupo de pacientes, pero hay otros que se recuperan por completo. Los riesgos de una mayor mortalidad son, por lo tanto, únicamente para este grupo de personas que quedan con secuelas graves.

En medios digitales circuló información respecto a un 60% de mayor probabilidad de muerte de las personas recuperadas de COVID-19, aún habiendo sido asintomáticas, durante los 6 meses posteriores al alta. Estos datos se basan en un artículo publicado en la revista Nature. Los titulares descontextualizaron el riesgo de muerte.

 

¿Por qué es falso?

No es cierto que todas las personas que tuvieron la enfermedad COVID-19 tengan un 60% más de probabilidades de morir respecto de alguien que no tuvo COVID-19. 

 

Se realizó un estudio en EEUU de pacientes que habían tenido COVID-19 y que quedaron con secuelas de la enfermedad hasta 6 meses después de haberse recuperado. No es cierto que todas las personas que padecen COVID-19 ya sea de manera sintomática o asintomática presenten secuelas de la enfermedad a largo plazo. Esto sucede en un grupo de pacientes, pero hay otros que se recuperan por completo. Los riesgos de una mayor mortalidad son, por lo tanto, únicamente para este grupo de personas que quedan con secuelas graves. En los pacientes analizados en el estudio, 8 de cada 1000 infectados tenidos en cuenta en el estudio fallecieron, lo que representa un 0,8%. Estos individuos tuvieron mayor riesgo de muerte con respecto a personas no infectadas con COVID-19. Además, identificaron diversas secuelas respiratorias, neurológicas, desórdenes cognitivos, gastrointestinales, malestar, fatiga, entre otras. Sin embargo, el análisis mostró que el riesgo de las secuelas post-enfermedad se ve incrementada con el aumento de la severidad del cuadro, es decir, las personas que tuvieron las formas más graves de la enfermedad tienen más secuelas.

 

El estudio cuenta con algunas limitaciones debido a que las secuelas podrían no deberse específicamente a la infección por el virus SARS-CoV-2, y debido al sesgo sexista que se cometió (90% de los participantes eran varones). 


Este y otros estudios que hacen foco en las secuelas luego de haberse contagiado de COVID-19, demuestran que es muy importante que los sistemas de salud desarrollen estrategias de atención multidisciplinaria destinadas a quienes padecieron esta enfermedad.


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